MONICIÓN: XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
MONICIÓN: XXVIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Ciclo B
ENTRADA: Queridos hermanos bienvenidos a la Santa Misa,
estamos ya en el Vigésimo Octavo
Domingo del Tiempo Ordinario, hoy el Señor nos pide el desapego de las falsas riquezas para entrar en la vida
verdadera, la vida plena, auténtica y luminosa. En pie, cantamos.
PRIMERA LECTURA: El creyente no pide riquezas, ni salud, ni nada material. El creyente pide
la sabiduría de Dios. La fuerza para vivir en los caminos de Dios. Prestemos atención.
SALMO:
Sácianos de
tu misericordia, Señor.
Y toda
nuestra vida será alegría.
SEGUNDA
LECTURA: La Palabra de Dios es viva y eficaz. La Palabra
de Dios es amorosa, perdonadora y dadora de vida. Escuchemos.
EVANGELIO: Sólo
acogiendo con humilde gratitud el amor del Señor nos liberamos de la seducción
de los ídolos y de la ceguera de nuestras ilusiones. Puestos en pie, cantamos el Aleluya.
OFERTORIO: Hermanos: depositando toda nuestra confianza en el Señor,
vayamos ahora a ofrecernos junto con los dones de pan y vino. Acompañamos cantando.
COMUNIÓN: Hermanos, para ganar la vida eterna, es
necesario alimentarnos de Cuerpo y Sangre de Cristo; solo así alcanzaremos una
vida la vida plena, realizada, sin límites. Acompañamos cantando.
DESPEDIDA: Ser discípulos de Jesús es
la común vocación a la que nuestro Padre Dios nos llama a todos nosotros.
Vayamos a compartir este gran don con todos los que no rodean. Nos
despedimos cantando.
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