MONICIÓN: XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
MONICIÓN: XXIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Ciclo B
ENTRADA: Queridos hermanos bienvenidos a la Santa Misa,
estamos ya en el Vigésimo Noveno Domingo del Tiempo Ordinario, hoy Jesús,
nos dice: “Quien quiera ser el primero -
o sea el más importante - que sea el último de todos y el servidor de todos”.
Quien quiera ser grande, que sirva a los demás, no que se sirva de los demás. En
pie, cantamos.
PRIMERA LECTURA: El Siervo de Dios cargará sobre sus hombros todos nuestros pecados,
entregará su vida como expiación. Prestemos atención.
SALMO:
Que tu
misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo
esperamos de ti.
SEGUNDA
LECTURA: La segunda lectura nos describe la figura de
Jesús. Él pudo compadecerse de nuestras miserias y debilidades porque sabe por
experiencia propia lo que es obedecer y ha sido probado en todo como nosotros,
menos en el pecado. Escuchemos.
EVANGELIO: Jesús
le explica que el camino que lleva a la gloria es el camino del servicio hasta
dar la vida, si es necesario. Puestos en
pie, cantamos el Aleluya.
OFERTORIO: Con el pan y el vino, nuestras ofrendas para la Misa, llevamos
el compromiso del corazón de ejercitar la pequeña cuota de autoridad que cada
uno tiene como servicio de amor a los demás. Acompañamos cantando.
COMUNIÓN: Queridos hermanos, Jesús, que vino a dar
su vida por nosotros, es el que nos invita a participar de este Cuerpo que acabamos
de partir en la fracción del Pan, para alimentarnos en la Mesa de la Comunión. Acompañamos
cantando.
DESPEDIDA: La invitación al servicio
posee una peculiaridad a la que debemos estar atentos. Servir significa, cuidar
la fragilidad. Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de
nuestra sociedad, de nuestro pueblo. Nos despedimos cantando.
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