MONICIÓN: XXV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
MONICIÓN: XXV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Ciclo B
ENTRADA: Queridos hermanos bienvenidos. En vigésimo quinto
domingo del Tiempo Ordinario. Hoy Jesús, nos pide recorrer el camino que Él
mismo ha trazado, el camino del servicio. Nuestra fidelidad al Señor depende de
nuestra disponibilidad a servir. En pie, cantamos.
PRIMERA LECTURA: El servidor, a pesar del sufrimiento, es fiel a la voluntad de Dios y
confía en su Dios que le da la fuerza para llevar a cabo su misión. Prestemos atención.
SALMO:
El Señor
sostiene mi vida.
SEGUNDA
LECTURA: La carta de Santiago, pone ante nuestros ojos dos
formas contrastantes de ser sabios. Si nos dejamos dominar por la mentalidad de
este mundo, no escaparemos a las envidias y a los conflictos. Escuchemos.
EVANGELIO: Mientras
Jesús anuncia a sus discípulos su muerte y resurrección, ellos, en cambio,
discuten entre sí a ver quién va a ser el más importante. Él los invitará luego
a imitar la sencillez de los niños. Puestos en pie, cantamos el Aleluya.
OFERTORIO: Ya que hemos participado del pan de la Palabra, presentemos
ahora nuestros dones al Señor. Cristo nos recuerda que, si de veras queremos
llegar a ser grandes, es porque antes intentamos asemejarnos a los pequeños. Acompañamos
cantando.
COMUNIÓN: Cristo es la cercana encarnación de esa
eterna sabiduría que viene de lo alto. Dispongámonos a recibirlo en la
comunión, pidiéndole que nos ayude a quitar de nuestros corazones ese arraigado
egoísmo que no nos deja ser felices. Cantamos.
DESPEDIDA: Por medio de cada cristiano,
Jesús quiere seguir vivo y presente en medio de nuestro mundo, Que con nuestro
servicio constante y desinteresado sigamos danto testimonio de su bondad y de
su amor. Nos despedimos cantando.
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