MONICIÓN: Solemnidad de Pentecostés- 8 de Junio de 2025
MONICIÓN: solemnidad de
pentecostés
ENTRADA: ¡Hermanos bienvenidos y Felicidades para todos en el
Espíritu Santo! Hoy culmina el alegre y luminoso tiempo de la Pascua, hoy
celebramos la Fiesta de Pentecostés, la Fiesta del Espíritu, que anima y
fortalece. En este día Dios derrama su amor sobre la Iglesia: nos da su
Espíritu y con Él, la vida nueva de Cristo Resucitado. Nos ponemos de pie
y cantamos.
PRIMERA LECTURA: Escuchemos en la primera lectura, cómo la fuerza del
Espíritu, cambia la vida de los primeros discípulos y les hace hablar de las
maravillas de Dios en todas las lenguas, símbolo de que la Palabra de Dios es
universal. Prestemos atención.
SALMO:
Envía tu Espíritu, Señor,
y repuebla la faz
de la tierra.
SEGUNDA LECTURA: La segunda lectura,
nos recuerda que la Iglesia se enriquece con la pluralidad de sus miembros, por
las diversas acciones del Espíritu en cada uno, para el bien común, para
integrarnos como miembros de un único cuerpo. Escuchemos con atención.
SECUENCIA: Y hemos de
referirnos a la Secuencia del Espíritu que vamos a proclamar, ahora, antes del Evangelio.
Es un himno singular y bellísimo, compuesto en los primeros años de la Iglesia. Escuchemos.
EVANGELIO: Con el evangelio recordamos al Señor, en la última
Cena, prometiéndonos el don del Espíritu, que envió desde el Padre, después de
su resurrección. El Espíritu Santo, nuestro defensor, estará siempre con
nosotros. En pie cantamos el aleluya.
OFERTORIO: Te ofrecemos Padre, el VINO y el PAN, que, por la
presencia del Espíritu de Jesús entre nosotros, se convertirán en su cuerpo y
sangre, y en alimento de nuestra esperanza y nuestra fe. Cantamos.
COMUNIÓN: Al recibir la comunión, estamos proclamando con
hechos, que queremos que Jesús sea el Señor de nuestra vida. Sólo en una íntima
unión con él podremos mantener en nosotros esa Vida Nueva que brota de su
Espíritu. Acompañamos cantando.
DESPEDIDA: Hermanos la misa ha terminado, pero recordemos
siempre que el Espíritu Santo es el mayor regalo que el Padre ha hecho a los
hombres por medio de Cristo. Esto nos compromete a vivir nuestra fe, a mantener
la esperanza, a ser fuertes en la dificultad. Nos despedimos cantando.
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