Monición IV DOMINGO DE PASCUA - Ciclo C - 11 de mayo del 2025
IV DOMINGO DE PASCUA
ENTRADA: Queridos hermanos, qué alegría volvernos a encontrar en el Cuarto Domingo de
Pascua, día en que la Iglesia celebra con a Cristo como el Buen Pastor. Él conoce a sus ovejas, las
llama por su nombre y les da la vida eterna. Hoy es la Jornada Mundial de
Oración por las Vocaciones y en nuestro país Día de la Madre. Bienvenidos sean todos,
en pie cantamos.
PRIMERA LECTURA: Pablo y Bernabé anuncian con valentía el Evangelio, primero a los judíos
y luego a los gentiles, mostrando que la salvación de Dios es para todos. Escuchemos con atención.
SALMO RESPONSORIAL:
R. Somos su pueblo y
ovejas de su rebaño.
SEGUNDA LECTURA: San Juan nos presenta una visión esperanzadora: una multitud vestida de
blanco que ha pasado por la tribulación y ahora goza de la presencia de Dios. Prestemos atención.
EVANGELIO: En este Evangelio, Jesús se
presenta como el Buen Pastor que conoce a sus ovejas y les da la vida eterna.
Sus palabras nos llenan de confianza: nadie podrá arrebatarnos de sus manos. En pie cantamos el aleluya.
OFERTORIO: Presentamos al Señor los dones de pan y vino, que serán transformados en
el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Junto a ellos, ofrezcamos también nuestras
vidas, nuestras alegrías y esfuerzos, para que, como discípulos del Buen
Pastor, sepamos vivir con generosidad y fidelidad al Evangelio. Acompañamos cantando.
COMUNIÓN: En este momento sagrado nos preparamos para recibir a Jesús, el Buen
Pastor, que se nos entrega como alimento de vida eterna. Él conoce nuestro
corazón, nos cuida con ternura y nos conduce con seguridad por el camino de la
salvación. Acompañamos cantando.
DESPEDIDA: Hermano, hermana, el Buen Pastor quiere que redescubramos el secreto de
la vida, que recordemos que Él dio su vida por ti, por mí, por todos nosotros.
Y que todos somos importantes para Él, todos y cada uno de nosotros. Nos despedimos cantando.
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