Monición V Domingo del Tiempo de Cuaresma Ciclo B
V DOMINGO DE CUARESMA
ENTRADA: Hermanos bienvenidos a la
Santa Misa. En el Quinto Domingo de
Cuaresma, Jesús revela que Él, para todo hombre que quiera buscarlo, es la
semilla escondida dispuesta a morir para dar mucho fruto. Nos dice: si quieres conocerme, si quieres
comprenderme, mira el grano de trigo que muere en la tierra, es decir, mira la
cruz. En pie, cantamos.
PRIMERA LECTURA: Jeremías nos habla de la
Nueva Alianza entre Dios y su pueblo. Dios nos recuerda que hemos hecho un
pacto que Él está dispuesto a cumplir por siempre. Escuchemos.
SEGUNDA LECTURA: Escucharemos en esta lectura
cómo Jesús aceptando su muerte redentora por fidelidad al plan de Dios,
consiguió para nosotros la salvación. Escuchemos.
EVANGELIO: San
Juan relata un episodio que ocurrió en los últimos días de vida de Cristo, poco
antes de la Pasión. Mientras Jesús estaba en Jerusalén para la fiesta de
pascua, algunos griegos, llenos de curiosidad, expresaron su deseo de verlo. De
pie.
OFERTORIO: Iniciamos la Liturgia Eucarística. Presentemos al Señor, llenos
de confianza, las ofrendas de pan y vino, ellas serán el cuerpo y sangre de
nuestro redentor por la acción del Espíritu Santo. Cantamos.
COMUNIÓN: Tan infinito
es el amor misericordioso de Dios, que quiso quedarse en el Sacramento del
Altar, para alimentar nuestra alma e iluminar con su luz, nuestra vida. Cantamos.
DESPEDIDA: Hermanos, la cruz no puede sino expresar amor, servicio, entrega sin
reservas: sólo así es verdaderamente el “árbol de la vida”, de la vida
sobreabundante. Los esperamos la próxima semana, para celebrar el Domingo de
Ramos. Nos despedimos cantando.
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